lunes, 11 de enero de 2010

PATIO DEL OLVIDO



En mi patio no entra nadie,
sólo dejo entrar al viento,
para que nada se borre
y así duren los recuerdos



Por la noche luz de luna,
de una infancia de ojos negros.
Por la tarde están los sueños
con los candiles despiertos.



Ya no hay vida donde hubo,
las madreselvas se han muerto,
los geranios y jazmines
se secaron con el tiempo.



El abandono se hizo
padre de todo lo puesto
y ahora crecen por doquier,
malas hierbas en silencio,
respetando lo que había
donde ya no existe un dueño.



Tristes animas vagando
por el patio adormecido,
donde jugaban los niños,
sólo lo hace el olvido.



Niñez de misericordia
enredado entre tus sombras
en veranos calurosos
tendidos en una lona.



Inviernos de eterna lluvia,
en las mañanas tan frías
todo se cubría de escarcha
hasta que la luz salía.



Flores de vivos colores
bañadas de luz tardía
donde madre primavera
perezosa renacía.



y así transcurrió el tiempo
por el jardín de mi infancia,
sólo me quedo su sombra
y en mi razón su fragancia.