martes, 24 de marzo de 2009

LA GRAN DAMA



Hoy, he entrado por tus puertas. He notado el frío de tus claroscuros, ese que siento siempre que voy a verte, que recorre mi cuerpo en un abrazo gélido y etéreo transformándose en temblor en cada respirar. Te imagino secreta y altiva por cada esquina.

Voy seguido del eco de mis propios pasos por tu suelo cereo y marchito, herido y quebrantado por doquier por el paso del tiempo y del hombre, aquí en tu regazo de mujer preñada y silenciosa donde todo parece detenido, tiempo y espacio reunido en un carrusel eterno de altas paredes donde dentro parece gestarse el infinito.


¿Que ha sido de tus poderosas columnas? Que ahora se muestran con grilletes esposadas a la nada , quebradas y cansadas de soportar el peso de Dios

¿Que va a ser de ti cuando te rindas? Cuando te venza el tirano y el firmamento se caiga sobre tu espalda.

¿Cuando caerás en tu desdicha? Descubriendo que nada es eterno, ni los hombres ni los dioses, que todo paso acaba borrado y que todo equilibrio acaba por romperse. Que dura realidad se abre ante nosotros y tu, tan vieja y tan inocente, perdida en la nostalgia del recuerdo, ajena al paso del tiempo y al beso frió del último amanecer.

¡Oh Dama! mi gran Dama, perdido en tu caverna, no estaba yo, no estaban tus ojos, pero te he mirado y me has mirado con cada uno de los ojos, que habitan en cada hornacina y en cada cuadro que adornan tus muros, que cobran vida para que a través de ellos te reflejes en el alma humana y sientas el correr de la sangre y el palpitar del corazón tranquilo.
Con esa paz que transmites con tu presencia, me has llenado de luz y mi fe pendiente en hilos de marioneta se ha colgado de tus brazos y con los ojos cerrados mirando tu cúpula crepuscular he creído en Dios.....

No hay comentarios:

Publicar un comentario